No es fácil, ni siquiera para los expertos, reconocer exactamente los bellos cristales de los minerales de las atierras raras» que se pueden encontrar en las fisuras alpinas: de hecho, estos son muy pequeños y además muchas veces sólo se tienen ejemplares únicos, por lo que no se pueden destruir completamente para su estudio. Además, por otro lado, las semejanzas resultan a veces muy complejas: por ejemplo, la monacita se asemeja muchísimo a la titanita, y la xenotima a la anatasa.
¿Qué hacer entonces? En efecto, el reconocimiento exacto de tales ejemplares puede servir como guía a nuevos hallazgos, y ser los primeros en encontrar algo nuevo significa muchas veces el asegurarse los mejores ejemplares de la colecciones. El análisis espectroscópico. Si se dispone de un microscopio binocular. Y se puede utilizar también un pequeño espectroscopio de visión directa como los que usan los gemólogos, y se introduce en el microscopio en el lugar del ocular Iluminamos muy bien el ejemplar con luz fuerte de una lámpara, oportunamente concentrada por medio de una lente sobre el cristal, y examinamos la luz transmitida por el ejemplar a través del espectroscopio. Sobre "un fondo atípico de arco iris" que corresponde al espectro de la luz emitida por la lámpara, notaremos diversas bandas verticales más o menos estrechas y muy nítidas: estas bandas se deben a la presencia en el cristal de los metales de las tierras raras, que presentan un particular comportamiento espectroscópico, debido a la presencia de electrones en algunas particulares orbitales, denominadas «4».
Las bandas de absorción de las tierras raras son características de los elementos presentes, y también, en menor medida, de la estructura del mineral, y su reconocimiento es muy simple, sobre todo si se dispone de ejemplares standard, que sirvan de comparación. Se puede recordar también que la historia de estos espectros, que tuvo notable importancia en el siglo XIX para identificar todos estos metales, con una difícil e imponente labor por parte de los químicos y físicos de entonces. Estos metales son de hecho tan semejantes entre ellos que la separación es muy problemática y relativa, a dos elementos cualesquiera.
ENCICLOPEDIA LOS MINERALES, Ediciones Nueva Lente, página 554
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