¿Cómo se exfolian los cristales?
Entre los numerosos sistemas de limpieza química de los minerales es clásica la limpieza con ácido clorhídrico. En estos procesos se debe poner atención no solo al hecho de que el ácido puede fácilmente atacar también a los minerales que nos interesan, sino también a fenómeno de amarilleos que se puede derivar, y al aspecto corrosivo, no siempre atractivo, en que puede acabar.
Muchas veces, además, la disolución total de los carbonatos conlleva a que muchos cristales se separen completamente de la matriz lo cual no se considera conveniente), y a menudo, aunque esto NO suceda, los cristales destacan más sobre un bello fondo claro, pero si no se tratan con esta técnica se pueden confundir los cristales con un fondo más o menos del mismo color.
Mejores, los reactivos suaves.
Se aconseja, por tanto, poner mucha atención y el recurso, si es posible, de utilizar reactivos específicos. Por ejemplo, en muchos casos una solución muy caliente de sustancias, como el "Calfort", es decir, los reactivos que contienen el ion calcio, utilizado para eliminar las incrustaciones calcáreas, puede incluso hacer milagros, puliendo el fragmento sin perjudicar el mineral delicado o sensible a ácidos, como ocurre con las ceolitas, etc.
El hidrosulfito de sodio (ditionito) es fantástico para eliminar gruesas incrustaciones negruzcas o castañas de óxidos de hierro sin dañar demasiado el resto. Para los ejemplares más oxidados es mejor evitar el ácido clorhídrico y utilizar el ácido Oxálico, con un poco de ácido sulfúrico en los casos más rebeldes.
Manejarlos con cautela.
El ácido oxálico es venenoso, por lo que conviene tenerlo siempre lejos del alcance de los niños que lo pueden ingerir. Pero el ácido sulfúrico, a diferencia del clorhídrico (que no es temible, no obstante, el temor de la mayoría) puede ser verdaderamente peligroso si está concentrado, sobre todo cuando se combina con agua sin poner atención (se desarrolla mucho calor y a veces sale fuera del recipiente). A este respecto se debe verter poco a poco el ácido en el agua, agitando continuamente.
El ácido sulfúrico no es peligroso solamente para las personas, sino también para las cosas: de hecho, las gotas no removidas durante algún tiempo, de una solución, aunque diluida, acaban por destrozar irreparablemente los tejidos. No basta lavar, sino que se debe quitar completamente cualquier resto de ácido, si por casualidad éste se pusiese en contacto con vestidos, muebles, libros, etc., lo mejor es lavar con agua y bicarbonato sódico. Aconsejamos utilizar este ácido solamente como último remedio.
Extremadamente peligroso.
Algunos, por último, amantes de las cosas verdaderamente peligrosas, recurren incluso al ácido fluorhídrico para eliminar la sílice de las muestras, este ácido es el único que la elimina, y para limpiar algunos ejemplares (oro nativo, por ejemplo) del cuarzo no parece que existan otros medios. Sin embargo, este ácido es tan peligroso que hace desaconsejar totalmente su uso: SUS vapores son de hecho fuertemente tóxicos y si por accidente se pusiera en contacto con la piel (sobre todo debajo de las uñas) se formarían llagas dolorosas, difíciles de curar.
La eliminación de soluciones ácidas.
El ácido sobrante de los tratamientos de limpieza de los ejemplares, para evitar que perjudique las cañerías, debe ser diluido con abundante agua, es decir, eliminarlo lentamente, teniendo abierto continuamente el grito del agua. No está de más que procuremos no acumular demasiada solución ácida y, por tanto, eliminaría de poco en poco, cada vez de la forma indicada.
ENCICLOPEDIA LOS MINERALES, Ediciones Nueva Lente, página 237
Gracias por comprar en Amazon con mi enlace de afiliado y hacer posible esta web

Clementoni- 110 Experimentos, Juego Científico Experimentos, Laboratorio de Química, Juguete en Español a Partir de 8 años (55474)

Clementoni- Super Química, Juego Científico Experimentos, Laboratorio de Química, Juguete en Español a Partir de 8 años (55468)


